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jueves, 7 de junio de 2012

DESCARTES


Descartes comparte con Platón la idea de la existencia de un conocimiento innato, aunque para Platón eso significa que las ideas las conoce mi alma desde antes de estar unida al cuerpo, mientras que para Descartes significa que las ideas verdaderas son propias de mi Razón y que van a surgir en mi entendimiento.  Ambos defienden la dualidad del hombre, constituido de dos “mitades” absolutamente heterogéneas, alma que es el lugar donde “reside” la verdad y el cuerpo que es la fuente de nuestros errores sin embargo para Platón cuerpo y alma están separados, mientras que para Descartes, el alma no tiene realidad ni existencia separada del cuerpo pues se une a él mediante la glándula pineal.
Ambos dos son autores que podríamos calificar de “idealistas”, dado que reservan a las ideas el más alto grado de veracidad y certeza. Pero la concepción de “idea es completamente diferente, para Platón las Ideas tienen una existencia real fuera de mi, mientras que para Descartes son contenido mental pues están en mi pensamiento.
Ambos dos son autores son además “racionalistas” pues sostienen que es mediante la razón, y no los sentidos vamos a alcanzar el conocimiento verdadero, para Platón mediante el recuerdo o la Reminiscencia y para Descartes mediante el razonamiento.
Descartes puede ser comparado con San Anselmo, pues en  sus Meditaciones  Metafísicas,  emplea  el  argumento ontológico  de este, para llegar a Dios hay que partir de la naturaleza y mediante la razón ascender sin embargo para Descartes antes que Dios está el cogito, así como  con Santo Tomás pues para demostrar la existencia de Dios Descartes parte de una demostración “a priori” en la que va desde la causa al efecto, mientras que Santo Tomás utiliza la demostración “a posteriori” que parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo para remontarse a la causa de esto.
Con Pascal comparte que ambos son racionalistas, es decir ambos destacan el papel de la razón para llegar al conocimiento universal sin embargo para Pascal en la obra de Descartes echa en falta el espíritu de finura es decir la capacidad de captar los matices que se le escapan a la razón completándola con la frase “el corazón tiene razones que la razón desconoce”.
Sin embargo ambos discrepan en cuanto a la figura de Dios pues Pascal piensa que el Dios de Descartes es racional y frío basado en el cogito y similar al Demiurgo de Paltón, sin embargo Pascal cree en un Dios revelado del que aunque no haya suficientes pruebas de su existencia  creer en él es la postura más inteligente.
La primera diferencia entre Descartes y Hume es que el primero era racionalista, el origen de todo conocimiento se debe a la razón y las ideas innatas que ésta contiene mientras que Hume era  empirista, el  origen  de conocimiento es la experiencia.
Descartes introduce un método matemático en la filosofía para dotar a la razón humana de un criterio de verdad definitivo e inapelable, el cual supone que origen del conocimiento está en la mente y en sus operaciones. Sin  embargo,  Hume  defendía  que  todo conocimiento verdadero  debe  partir  de  la  experiencia  y  estar  en  correlación  con  ella  (principio  de correspondencia).
Sin embargo la mayor diferencia entre ambos filósofos el la crítica a la idea de sustancia que Hume le hace a Descartes:
  • Para Descartes el yo pensante es aquello de que lo no puedo dudar, pues cree que no podemos dudar de la existencia de nuestros pensamientos, de nuestras ideas, de nuestra subjetividad. La res cogitans es el conjunto de pensamientos, ideas o representaciones que influyen en mi yo. Descartes concluye que hay que encontrar la manera de conocer si las ideas sobre el mundo no son ilusiones. Hume por su parte dice que el yo es el sujeto que tiene percepciones, pero que es diferente a estas y que aunque el alma sea el sujeto de las impresiones no proviene de ninguna pues mientras las impresiones cambian y se suceden el yo permanece estable e idéntico. Concluye por tanto diciendo que el yo es fruto de la imaginación pero que es necesario pues da continuidad y permanencia a aquello que no la tiene.
  • En cuanto a la sustancia divina, Descartes piensa que el yo pensante no es perfecto pero que posee la idea de la perfección. Esta idea innata no puede venir de nosotros por tanto debe existir una realidad divina que la ha hecho surgir en nuestras mentes. Para Descartes, Dios se convierte en garantía de conocimiento. Según Hume resulta difícil que podamos tener una impresión del infinito, por tanto la idea de sustancia perfecta queda sin impresión que la legitime por lo que hay que concluir que no existe ningún tipo de conocimiento de Dios pero que la religión y las creencias son naturales y necesarias entres los seres humanos.
  • Para Descartes la sustancia extensa es una sustancia finita y creada: la de los cuerpos, todos ellos con un atributo fundamental, la extensión. Esta res extensa y el yo pensante pertenecen a órdenes diferentes, son dos realidades independientes que se comunican entre si por la glándula pineal. En cambio para Hume la idea que tenemos de sustancia es la de una realidad objetiva que es el soporte de las cualidades que causan nuestras impresiones pero al no provenir esta idea de ninguna impresión ni hallarse fundamentada no puede ser considerada válida y concluye diciendio que aunque es producto de nuestra imaginación es extremadamente útil para nuestra supervivencia.

3 comentarios:

  1. Ha estado bien Descartes pero Automatizado tiene mejores ideas sobre la sustancia

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    1. Son las comparaciones para los exámenes de la PAU de Castilla y León que existía hasta ahora, por eso no hay más filósofos

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  2. Todo el pensamiento de Descartes parte de:
    "Dudo, entonces pienso.
    Pienso, entonces existo."
    Pero, ¿cómo se puede dudar sin haber pensado antes lo que provoca la duda?
    O sea, hubo previamente un pensamiento que nos condujo a hesitar; ergo, primero que la duda fue el pensamiento que la provocó.
    Ahora bien, para pensar es necesario existir, el pensamiento es una consecuencia de la existencia del que piensa y no es la única: también están las sensaciones que suponen previamente la existencia del que las experimenta.
    Pero además el axioma cartesiano omite el "yo" intencionalmente:
    La fórmula correcta debería expresarse así:
    "Yo dudo, entonces yo pienso,
    Yo pienso, entonces yo existo"
    Así enunciado el axioma no es evidente porque debe despejarse antes qué es 'yo', condición imprecindible que debe solucionarse antes de entrar a analizar el axioma.
    Esa omisión del 'yo' es un silencio semántico con el propósito deliberado de eludir un elemento puro del conocimiento evitando las dificultades que supone el concepto omitido.
    Entonces, la fórmula del cogito no resulta ser una idea "clara y distinta" como pretende Descartes.

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